¡Qué mundo tan diverso!, ¡qué variedad!
En todo el universo no encontrarás
a alguien que sea del todo igual. 

Todos los niños no sabemos las mismas cosas.
Todas las niñas no pensamos de la misma forma.
En esta canción te vas a enterar
de que todo el mundo tiene algo especial,
algo genial, algo singular.

Todo el mundo tiene algo que aportar, porque…

Somos inteligentes,
somos sensibles,
somos valientes,
somos increíbles. 

 Oh, oh, oh…

“Rosa para niñas”, eso está muy anticuado
porque los colores se han liberado.

“Azul para niños”, pero ¡qué desfasado!
esas son ideas que han quedado en el pasado.

Oh, oh, oh… 

Es todo para ti, ponte la ropa que prefieras.
Todo para ti, elige ir a donde quieras.
Los juegos son de quien los juega.

Oh, oh, oh…
Como el arcoíris de la lluvia y el sol. 

 Siempre quiero poder decir
lo que quiero y lo que no quiero;
elegir, buscar, decidir
lo que me dé la gana.
No hay barreras para imaginar
cómo seré mañana.
Todo el mundo debería ser como quiera.

Para volar no necesitas más.
Toca los acordes de la libertad y vuela.
Para volar no necesitas más.
Canta la canción de la libertad.

Dar el primer paso es
el que más me cuesta, pero
sé que estoy más cerca de llegar
cuando lo intento.

Si algo no me acaba de gustar
puedo cambiar mi cuento.
Todo el mundo debería ser como quiera.

Para volar no necesitas más.
Pinta los colores de la libertad y vuela.
Para volar no necesitas más.
Toca los acordes de la libertad.
Pinta los colores de la libertad.
Canta la canción de la libertad.

Todo el mundo debería ser como quiera.

 Si quiero comer, habrá que cocinar.
Si quiero vestirme, tengo que lavar.
Para ser felices, vamos a cuidar.
¡Tú decides!

Me pongo a limpiar para el bienestar
de toda la casa, de todo lugar.
Tengo que ordenar si quiero encontrar
mis calcetines.

Ya ves, ya ves,
cuánto puedes hacer
para cambiar un mundo desigual.
¡Todo empieza en casa!

Todo empieza en casa. 

Me gusta reír
que me cuiden, que me abracen,
poder compartir, lo bueno y malo que me pase.
Si me tratas así, estaré cerquita de ti.
Así, sí.

Pero si vienes a pegarme, ¡ahí te quedas!
Si vienes a insultarme, ¡date la vuelta!
Si vienes a gritarme, me tapo las orejas.
Así no, no me gustan tus maneras.
Así, no. 

Porque me gusta reír
que me cuiden, que me abracen,
poder compartir, lo bueno y malo que me pase.
Si me tratas así, estaré cerquita de ti.
Así, sí. 

 Guardo la primera canción
que me cantaba mi mamá,
los cuentos de mi abuelo,
mi bici por el suelo,
todas las emociones
del parque de atracciones.

Siempre me apetece jugar
a casi todo, pero,
si algún día me proponen
caricias de mayores
se activa mi radar:
algo raro puede pasar.

Digo mi palabra mágica,
es muy corta pero muy poderosa
y la puedes gritar ahora:

No voy a guardar secretos
que me agobien.
No voy a guardar secretos
que no sé si están bien o están mal,
que prefiero contar.
No voy a guardar secretos
que me duela recordar.
No voy a guardar secretos,
ni aunque digan que soy especial.
No voy a guardar silencio. 

No voy a guardar silencio.

Me sienta bien salir afuera,
mover mi cuerpo y respirar,
poder pasar la tarde entera,
por todos los rincones de la ciudad.

Vamos a echar una carrera,
voley, fútbol, ¿qué más da?
Lo importante es que juegue quien quiera
en todos los rincones de este cole por igual.

No me interesa ninguna medalla
Solo quiero disfrutar.
Voy a gastar el patio del recreo
De tanto saltar, de tanto bailar,
De tanto jugar. 

Una astronauta le ha dicho a una bombera:
“Podemos hacer el trabajo que quieras”.
Jefa, ministra, artista, deportista,
sí, sí y aún sigue la lista.

Si te preparas y es tu pasión,
que nada te haga cambiar de opinión.
Cualquier tarea, cualquier labor,
puedo hacerla yo.

Un azafato le ha dicho a un enfermero:
“Podemos cuidar del mundo entero”.
No hay nada que no se pueda aprender.
No hay nada que tú no puedas hacer.

Si te preparas y es tu pasión,
que nada te haga cambiar de opinión.
Cualquier tarea, cualquier labor
Puedo hacerla yo. 

 ¿Por qué no salen
los inventos de mi abuela
en los libros que estudiamos
en la escuela?
¿Por qué? ¿Por qué?

En física, química,
medicina, astronomía,
podemos contar con su sabiduría,
también, ¡también!

Muchas nos llevaron a la luna
y otras saben el camino del sol.
Tal vez han descubierto
alguna estrella
y no sabemos nada de ellas.

No, no, no.
No nos cuentan qué aportaron
las mujeres a la ciencia.

No, no, no.
No sabemos qué inventaron ellas
qué descubrieron ellas.

 Unas cuantas entre tantos
han llegado a lo más alto.
Ha sido difícil demostrar
que saben más de algo
que sus compañeros,
en los que se piensa primero,
cuando se trata de premiar
que su talento es genial.

Wangari Maathai, Rigoberta Menchú,
Malala Yousafzai,
Marie Curie, Elinor Ostrom,
Gabriela Mistral.

Hoy quiero premiar
a esas valientes Premios Nobel.
Que nos han dejado el mundo mucho mejor.
¡Gracias por hacer el mundo mejor! 

Aún hay en el mundo
mujeres que no pueden estudiar,
decir lo que piensan
o elegir a quién quieren amar.

Las leyes ayudan pero necesitamos algo más.

Algo más sería:
que respeten de verdad
los derechos que nos pertenecen
por igual.
Que no nos hagan daño,
crecer con libertad.
¡Que haya alguien más que crea en la igualdad! 

Cuando dices todos,
no sé si te refieres sólo a los hombres
o también a las mujeres.

Hay una palabra que me gusta mucho más,
que nos define a todas y a todos por igual.

Somos personas,
todos y todas.

Queremos ser el sujeto de lo que vas a contar.
Queremos que nos incluyas en tu manera de hablar.

Cuidemos bien las palabras para acertar.
Las cosas que no se nombran parece que no están.

Somos personas,
todos y todas.